Con Sansón y Dalila, Cecil B. DeMille vuelve a contar, con su modo característico,  pasajes del Antiguo Testamento. Victor Mature es Sansón, un joven danita dotado de una fuerza sobrenatural. Sansón aspira a casarse con la noble filistea Semadar (Angela Lansbury) pero ella fallece cuando su gente ataca a Sansón al considerarlo enemigo de su pueblo. En busca de venganza, la hermana menor de Semadar, Dalila (Hedy Lamarr) corteja a Sansón con la esperanza de descubrir el secreto de su fuerza y así poder destruirlo. Cuando se entera de que su fuente de virilidad es su pelo largo, Dalila lo emborracha y le corta su poderosa cabellera. Después, entrega al indefenso Sansón a los filisteos, ordenando que le hagan trabajar como un esclavo. Cegado y humillado por sus enemigos, Sansón es una caricatura patética de sí mismo. Pero, claro, el cabello de Sansón vuelve a crecer, lo que propicia el clímax final  en el que derrumba las columnas del templo de los filisteos sobre sí mismos.

Hedy Lamarr resulta arrebatadora como Dalila y Victor Mature nos sorprende para bien con su Sansón. Aún mejor resulta George Sanders, que sabiamente opta por restar importancia a su florida villanía. El clímax espectacular de Sansón y Dalila nos permite olvidar otros aspectos más humillantes como la lucha de Sansón con un león falso o las escenas románticas tediosas.