Este musical en Technicolor que glorifica los restaurantes de Fred Harvey, está protagonizado por Judy Garland en el papel de una novia por correspondencia del siglo XIX. Al llegar a Nuevo México, Garland descubre que su marido es el borracho del pueblo por lo que le rechaza y se emplea en el restaurante Harvey, un establecimiento que trata de llevar un poco de civilización y de clase de los grandes espacios abiertos. La operación de Harvey choca con los intereses del salón de juegos de la localidad, cuyos propietarios son John Hodiak, el juez corrupto Preston S. Foster y madame local Angela Lansbury. Con la ayuda de Ray Bolger, Garland y sus compañeras camareras se proponen acabar con la corrupción en la ciudad.

El film cuenta con un plantel de excelentes secundarios como Cyd Charisse, Marjorie Main, Chill Wills, Kenny Baker y Virginia O’Brien, cuyos números musicales no son tan frecuentes como los del resto del plantel ya que estaba embarazada durante el rodaje. Entre las canciones, destaca sin duda la espectacular “Atchison, Topeka y Santa Fe”, de Harry Warren y Johnny Mercer, que ganó el Oscar.  Las chicas de Harvey se basa libremente en un hecho histórico.