Dijeron que jamás podría llevarse a la pantalla pero se hizo. El “escandaloso” best-seller de Kathleen Winsor “Forever Amber” logró adaptarse a la pantalla en 1947 con la aprobación total de la censura. Por supuesto, fue necesario bajar el tono de los pasajes más eróticos de la novela de Winsor, pero el resultado final agradó a los fans del libro. Reemplazando a última hora a la británica Peggy Cummins, Linda Darnell se mete en el papel de la rubia pecadora del siglo XVII como si hubiera nacido para interpretarlo. Sintiéndose reprimida por su educación puritana, Amber se dirige a Londres, logrando un éxito considerable como cortesana (esa es la palabra educada). El primer amor de su vida es el gallardo soldado Bruce Carlton, que la deja embarazada y sin dinero cuando se marcha a la guerra. Amores posteriores incluyen el conde de Radcliffe (maravillosamente repugnante el actor cómico Richard Haydn), el apuesto bandido Jack Mallard (John Russell) y corsario Rex Morgan (Glenn Langan). Tras sobrevivir a la peste y al incendio de Londres sin apenas despeinarse, Amber termina en los brazos nada menos que del rey Carlos II (ingeniosamente interpretado por George Sanders), pero el verdadero amor, personificado por Bruce Carlton, siempre la perseguirá.

Para evitar riesgos, 20th Century-Fox proyectó el film con un prólogo hablado, escuchado en los créditos de apertura, en el que explicaba que la película de ninguna manera respalda el comportamiento libertino de su heroína (prólogo que ha sido eliminado de las ediciones actuales). Ambiciosa fue en su día un gran éxito de taquilla, superando con creces el enorme costa de la producción (4 millones de dólares).