Uno de los últimos grandes films de la era muda, …Y el mundo marcha ha pasado la prueba del tiempo mejor que casi cualquier otra película de su época. King Vidor nos narra las pequeñas victorias y las muchas derrotas de un hombre común y ordinario. La película captura conmovedoramente el drama de los pequeños hechos que componen una vida. A diferencia de la mayoría de las películas sobre un “tipo normal”, que por lo general se eleva al triunfo o desciende a la tragedia (tipo Frank Capra), las tristes circunstancias de los protagonistas son tan comunes (el amor, el matrimonio, el nacimiento, la muerte, la desilusión, la desesperación, la reconciliación y la supervivencia) y tan convincentes como la vida misma. La valiente decisión de Vidor de no dar a la película un final feliz tradicional puede haber impedido que se convierta en un éxito de taquilla, aunque, contrariamente a la leyenda, el film no fue un fracaso comercial.