Esta secuela, llena de estrellas de segunda, de  Vidas borrascosas es definitivamente peor que la original. Tomando como referencia alguno de los personajes de su predecesora, se monta una historia no siempre acertada y convincente. Carol Lynley es aquí la heroína que cambia Peyton Place por Nueva York para escribir un libro sobre la hipocresía de su ciudad natal. El libro provoca un montón de problemas en casa, consiguiendo que Mike (Robert Sterling) sea despedido como director y causando con ello el malestar en la madre de Lynley (Eleanor Parker). El libro remueve asimismo los horribles recuerdos de Selena (Tuesday Weld), que fue abusada por su padrastro.

En realidad la que se luce en la película es Mary Astor, en su hilarante giro como madre posesiva. Astor trata de interponerse entre su hijo y su nueva novia (Luciana Paluzzi) induciéndola a un intento de aborto. Sobreexcitada y exagerada, Regreso a Peyton Place sigue siendo todo un lujo para los amantes de los melodramas desmelenados.