La primera película americana de Roman Polanski fue esta adaptación del best seller Ira Levin en la que una recién casada llega a creer que su descendencia es fruto del diablo. Rosemary (Mia Farrow) y su marido Guy (John Cassavetes), se mudan al Bramford, un edificio de apartamentos de Nueva York con una reputación siniestra. Sus vecinos Roman y Minnie (Sidney Blackmer y Ruth Gordon) pronto comenzarán a husmear. Pese a las reservas de Rosemary sobre su excentricidad y los ruidos extraños que se oyen, Guy comienza a entablar amistad con los ellos. Poco después Rosemary se queda embarazada tras sufrir una pesadilla en la que es violada por una bestia, y sus vecinos toman un especial interés en su bienestar. La diabólica verdad se revelará sólo tras el parto de Rosemary.

El diseño de producción de Polanski y el cámara Richard Sylbert transforman el entorno realista (el neoyorquino edificio apartamento Dakota) en una siniestra proyección de los temores de Rosemary. El terror localizado en lo familiar deja los sobresaltos más grotescos a la imaginación del espectador. Esta paranoia apocalíptica escandalizó en su estreno ya que tocaba el tema tabú del parto.

Producida por el maestro del terror de serie B William Castle, La semilla del diablo se convirtió en un éxito aclamado por la crítica, hizo que Ruth Gordon ganase el Oscar a la Mejor Actriz Secundaria, e inspiró una ola de films de terror satánico como El exorcista (1973) o La profecía (1976). La semilla del diablo marca sin duda el comienzo de la era moderna del género.