Título original: Gigi

Reparto: Leslie Caron, Maurice Chevalier, Louis Jourdan, Hermione Gingold, Eva Gabor, Jacques Bergerac, Isabel Jeans, John Abbott

Gigi fue la última gran película en la carrera de Vincente Minnelli  y a su vez el último gran musical de la Metro. Desafortunadamente, terminó siendo una apuesta fallida, y con frecuencia es recordada como la pariente pobre de My Fair Lady, que, como Gigi, fue obra de los guionistas-compositores Alan Jay Lerner y Frederick Loewe. Habían pasado cinco años desde el último musical exitoso de Minnelli, Melodías de Broadway, y se creía que el género musical  estaba perdiendo fuelle en la taquilla.

Este proyecto, basado en una historia de Colette sobre una joven cortesana emparejada con un hombre rico, parecía improbable en los supuestamente sobrios años cincuenta, pero el guión de Lerner y Loewe restó importancia a la naturaleza moralmente equívoca de los personajes y envolvió la historia de una partitura basada en las influencias melódicas de My Fair Lady (Gigi incluso heredó una canción de la versión teatral de My Fair Lady). A la partitura se le dio el aspecto de una opereta del siglo XIX, con la elegancia melódica y arrolladora de la tradición vienesa y el descaro de su homólogo parisino. La envidiable tarea de Minnelli era hacer que todo esto se viera bonito, rodando en parte en París (un privilegio que le habían negado en Un americano en París) con un elenco de ensueño. El resultado complació al público e introdujo un par de excelentes canciones que aún se reproducen para el público. Gigi es esencial para conocer el género musical y representa el canto del cisne del mismo.