Uno de los primeros films japoneses en ser admirados en Occidente, ya que además se llevó nada menos que el Oscar a la mejor película extranjera, la Palma de Oro en Cannes y el premio al mejor film extranjero de los críticos de Nueva York, a pesar de que el prestigioso crítico de cine francés André Bazin había augurado que La puerta del infierno impresionaría menos cuanto más películas japonesas vieran los europeos y americanos. Así, la crítica americana, que siempre ha admirado su colorida fotografía, con el tiempo, calificó este drama de Teinosuke Kinugasa como una aproximación “algo artrítica” al cine de Akira Kurosawa sin la profundidad de sentimientos de los films de Kenji Mizoguchi.