Basado en la obra de Frank Willard de 1922 “que sorprendió al mundo” -como publicitaba la Universal-, El legado tenebroso, la original versión muda de “The Cat and the Canary” se convirtió en el estándar por el cual se medirían todas las comedias posteriores con casa encantada como telón de fondo. El atractivo actual de la película no se debe tanto a su ingenuo tono melodramático sino al estilo visual del director alemán Paul Leni y de un maravilloso sentido del humor. Todo lo que uno espera que suceda, sucede, pero impresionan la espléndida cámara de Gilbert Warrenton (muy por delante de su tiempo) y los impresionantes decorados de Charles D. Hall, algunos de los cuales reaparecieron en Frankenstein cuatro años después.

Aparte de inspirar infinidad de películas, “The Cat and the Canary” sería objeto de varias versiones, destacando la que en 1939 protagonizarían Bob Hope y Paulette Goddard bajo el título El castillo maldito.