Título original: The Man Who Laughs

Reparto: Mary Philbin, Conrad Veidt, Julius Molnar, Olga Baclanova, Brandon Hurst, Cesare Gravina, Stuart Holmes, Sam De Grasse, George Siegmann, Josephine Crowell

La segunda película del director alemán Paul Leni para la Universal, El hombre que ríe sigue siendo hoy día una experiencia emocionante. Pensado como  otro vehículo para Lon Chaney, este fue sustituido por Conrad Veidt, quien poseía la única cualidad de la que Chaney tal vez carecía: atractivo sexual. Con Veidt en el papel, no es totalmente inconcebible que la duquesa de Olga Baclanova pueda verse atraída por Gwynplaine a pesar de su horrible deformidad. La perpetua sonrisa obligó al actor a actuar sólo con sus ojos, y el resultado es magnífico. Los ojos de Veidt encajan perfectamente en su sonrisa esculpida. Unas veces transmiten vergüenza por su desfiguración, otras, ternura hacia Lea (Mary Philbin), y en todo momento, una dolorosa tristeza. Mary Philbin está mucho mejor aquí que en El fantasma de la ópera, y maneja sus escenas de una manera sorprendentemente realista. Olga Baclanova, en su segunda película de Hollywood, también está bien dirigida.

Paul Leni creó con El hombre que ríe, un universo inolvidable lleno de romance, maldad, angustia… y en todo momento una dolorosa tristeza.