Nació el 3 de junio de 1925 en Nueva York (EEUU). Tuvo una infancia conflictiva en el Bronx neoyorquino, estando incluso relacionado con alguna peligrosa pandilla juvenil. Tras servir en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial decide dedicarse al teatro y lo hace en compañías independientes. La Universal se fija en él y lo contrata, explotándolo como ídolo de quinceañeras debido a su atractivo y aniñado rostro. Comienza entonces a brillar en estimulantes aventuras arábigas como Su alteza el ladrón y, ya como adulto, intervendrá en otras aventuras muy sugestivas como Coraza negra o Los vikingos, junto a su flamante esposa, la actriz Janet Leight. Luego intentará convertirse en comediante de éxito, siendo el actor favorito de Blake Edwards, que le utilizará en films como Vacaciones sin novia, Operación Pacífico o La carrera del siglo. La nominación al Oscar le llega como el preso racista que ha de compartir huída con Sidney Poitier en Fugitivos, pero su papel más recordado es sin duda el del saxofonista travestido que enamora a Marilyn Monrore en Con faldas y a lo loco. A partir de los años setenta llega su decadencia, interviniendo en cintas de escaso interés y en productos televisivos. Estuvo también casado con la actriz Christine Kaufmann y fue padre de la también actriz Jamie Lee Curtis.