Nació el 27 de febrero de 1932 en Hampstead, Londres (Inglaterra). La actriz de los ojos violeta, la llamada última gran estrella de cine, nació para encandilar al público. Desde pequeña su vida ha ido ligada irremediablemente a la fama y la popularidad. Trasladada durante la Segunda Guerra Mundial a Hollywood con su familia, su impresionante belleza llama la atención de los productores, firmando a los 10 años un contrato con la Universal, pero pronto pasa a la MGM, donde alcanzará el éxito como estrella infantil en títulos como La cadena invisible. Ya adolescente, proseguirá deleitando al público, cada vez más hermosa, como secundaria de musicales y comedias como Así son ellas. El salto a la madurez lo da junto a Robert Taylor en Traición, pero su consagración la obtiene junto a su íntimo amigo Montgomery Clift –con quien formaría habitual pareja– en Un lugar en el sol, Cleopatra, Gigante, La gata sobre el tejado de zinc, El árbol de la vida o De repente el último verano son algunos de sus éxitos, siendo nominada al Oscar por los tres últimos. La estatuilla le llegaría sin embargo por un film bastante mediocre, Una mujer marcada, y por ¿Quién teme a Virginia Wolf?, que interpretó junto a su esposo, Richard Burton, con quien contrajo matrimonio en dos ocasiones. De vida privada tormentosa, se ha casado en ocho ocasiones, contándose además entre sus esposos el actor Michael Wilding, el productor Richard Todd –del que enviudó– y el actor Eddie Fisher, que rompió su matrimonio con una íntima amiga de Liz, Debbie Reynolds, provocando un gran escándalo. En las últimas décadas apenas ha intervenido en film alguno, pero permanece como una de las máximas figuras del mundo del espectáculo, dedicándose a causas nobles, como la lucha contra el SIDA, algo en lo que tuvo mucho que ver la muerte de su íntimo amigo Rock Hudson.