Barbara Stanwyck nació el 16 de julio de 1907 en Nueva York (EEUU). Una de las actrices más versátiles y fascinantes de Hollywood. De enorme personalidad, consiguió estar al pie del cañón hasta sus últimos días. Huérfana desde muy niña, tuvo que luchar duramente para salir adelante, primero como corista de la última fila, luego como bailarina de Ziegfeld y por fin como actriz en Broadway. Poseedora de un rostro difícil y de una figura espectacular, decide probar suerte en Hollywood y es contratada por la Columbia, donde conseguirá la fama de la mano de Frank Capra. A partir de ahí, ningún género parecerá resistírsele: drama, comedia, western, cine negro… fue reina de todos, y sus cuatro nominaciones al Oscar lo corroboran: Stella Dallas, Bola de fuego, Perdición y Voces de muerte. A pesar de todo, sólo consiguió una estatuilla honorífica en 1981. A partir de los sesenta, se vuelca más en la televisión, cosechando grandiosos éxitos con series como El gran valle, El pájaro espino o Los Colby. Uno de sus maridos fue el galán de galanes Robert Taylor. Falleció el 20 de enero de 1990 en Santa Mónica, California (EEUU).