Las dos versiones existentes sobre la comedia teatral de Phillip Barry tienen sus méritos, pero la versión de 1938 tiene la ventaja añadida de contar con grandes estrellas en su mejor momento. Katharine Hepburn y Doris Nolan son Linda y Julia Seton, dos hijas de una familia muy acomodada. Linda se siente un poco perdida cuando su hermana Julia anuncia su matrimonio con el financiero hecho a sí mismo a Cary Grant. Hepburn siempre se ha rebelado contra su posición privilegiada y encuentra un alma gemela en el poco ortodoxo e iconoclasta de Grant.

Donald Ogden Stewart tiene cuidado para no herir susceptibilidades en plena Gran Depresión cambiando por ejemplo el personaje interpretado por Edward Everett Horton, que pasa de ser un miembro de la jet perezoso (así era en la pieza original) a un profesor idealista.  Katharine Hepburn logró con este film huir temporalmente ser “veneno para la taquilla” puesto que Vivir para gozar resultó ser un gran éxito. Por desgracia, su siguiente film, La fiera de mi niña, fue un fracaso financiero de tal envergadura que le supuso dejar el cine y regresar a Broadway, donde logró una espectacular remontada con otra obra de Philip Barry, Historias de Filadelfia.